23.2.07

Nathalie Handal

Nathalie Handal, es una galardonada poeta, escritora de obras de teatro y de narrativa, quien ha vivido en Europa, Estados Unidos, el Caribe, Latinoamérica y el mundo Árabe. Su familia es oriunda de Palestina y El Líbano. Es autora de los libros The Neverfield y Las Vidas de la Lluvia, asi como, dos CDs de poesía, Habitaciones Viajeras (finalista del Premio Agnes Lynch y ganador del Premio Menada) y Hechizo. Es editora de La Poesía de Mujeres Arabes: Una Antología Contemporánea (Best Seller de la Academia de Poetas Americanos y ganador del Premio Pen Oakland/Josephine Miles) y es coeditora de Lenguaje Para Un Nuevo Siglo: Poesía Contemporánea del Medio Oriente, Asia y Más Allá (Norton, 2008). Su trabajo ha sido traducido en más de quince idiomas y ha sido destacado en NPR, PBS Radio, The New York Times, The San Francisco Chronicle, Reuters, Mail & Guardian, The Jordan Times, e Il Piccolo. A su poesía se le han compuesto arreglos musicales y ha sido presentada en lugares como el Lincoln Center, y en numerosas galerías y exhibiciones itinerantes, más reciententemente en la Galería Glass Curtain de Chicago. Handal ha estado involucrada como escritora, directora y/o productora en más de veinte producciones de teatro y cine.

www.nathaliehandal.com




En busca de la medianoche


Él besó mis labios a la medianoche
Yo lo dejé
Él me quitó la blusa
Yo lo dejé
Él me quitó el brassiere
y tocó mi seno
Yo lo dejé
Él me quitó los pantalones
Yo lo dejé
Me quitó mis prendas íntimas
y me miró, de pie
en este cuarto extraño, oscuro
blanco y negro.
…Yo lo dejé
Una pequeña luz se desvaneció
en la ventana
vi brevemente
la ciudad donde vivimos,
pero no conocemos…

Luego el se equivoca
al pronunciar mi nombre
y yo lo detengo…
Le pregunto si alguna vez
ha sido exiliado o encarcelado
si alguna vez ha enviado
cartas a una mujer antes
amada pero que jamás
habrá de ver otra vez
si piensa que puede regresar
a una amante aún si
el amor ya no fuera posible
la segunda vez,
le pregunto si acaso
había asaltado una pequeña tienda de víveres
o robado pan de un campesino,
o si acaso había cruzado
los mares, costas y montañas
aún incapaz
de llegar…

Él responde:
En mi país, no pronuncié
mi nombre correctamente
y entonces fui torturado,
en la línea del enemigo, no pronuncié
mi nombre correctamente
y fui exiliado
al llegar, no pronuncié
mi nombre correctamente
y me dieron nuevos documentos…
Ya ves. Un corazón que busca la medianoche
es solo un corazón, todo lo demás es igual,
excepto lo que espera el otro …